Madre de cuerpo antiguo. Poema de Josefa Jara
Cuando el mar aún no era refugio de navíos,
Cuando el cielo aún no abrazaba el hierro,
Incluso antes que las huellas marcarán el territorio,
Ya hablaba la cordillera.
Madre concebida entre hielo y escarcha,
Que entre hierbas y bosque aguardan tus palabras,
Que son recitadas por cóndores en el silbar del viento,
Cuando atraviesan tu columna anhelantes de tu belleza.
El huemul apacible, recorre tu piel,
Confrontando el gélido que lo vio nacer,
Y el temblor de tus cumbres,
Que aprendió a resistir.
En ti duermen glaciares vivos resguardados por tus valles,
En ellos el tiempo no espera,
Porque en ellos el hielo suspira,
Dónde nacen las memorias del mundo.
Las lagunas cubren tus cicatrices pasadas,
Testigos de tu impulso y fuerza eterna.
Los ríos abrazan tu piel con un trazo invisible,
Como venas que dibujan caminos olvidados.
Caminos que recorreré toda mi vida,
Y aunque el tiempo borre mi presencia,
Seguiré existiendo en tus bellas laderas,
Porque cuándo resuene tu nombre
También se nombrará el mío.
Poema de Josefa Jara
Ciudad: Talca, Chile