Lago Llanquihue: Expertos advierten riesgos de una contaminación sin mejoras significativas durante una década
La bahía de Puerto Varas mantiene altos niveles de contaminación y los expertos avisan que podría desencadenar floraciones tóxicas similares a las que hoy afectan al Lago Villarrica. Según datos históricos de la Seremi de Salud, en los últimos 10 años, la contaminación se ha sostenido en los mismos puntos y niveles. Este es el segundo artículo de una serie de reportajes del especial Contaminación en el Lago Llanquihue de The Puerto Varas.
Por Cristóbal Arriagada Ahumada
El viernes pasado The Puerto Varas publicó un reportaje donde constató que el Lago Llanquihue sigue con alta presencia de contaminación de coliformes fecales superando hasta en 35 veces la norma, que el programa municipal Plan Lago sin Huella no ha cumplido su objetivo de monitoreo permanente en sus tres años de implementación y que el último verano el Municipio habilitó una parte de la playa de Puerto Chico que superó la norma ambiental. (ver artículo)
Tras esa publicación se preguntó a distintos expertos y expertas en medioambiente y salud sobre las consecuencias de que en los últimos tres meses haya ocho puntos en la bahía de Puerto Varas que superaron el límite de coliformes fecales en aguas continentales para uso recreacional. Además, según el registro histórico de los estudios de la Seremi de Salud demuestran que desde hace una década hay cinco lugares que muestran episodios de contaminación.
Por lo mismo, los científicos consultados advierten de un posible punto de inflexión: si no se detiene el aumento de nutrientes y bacterias fecales, el Lago Llanquihue podría seguir la misma trayectoria que el Lago Villarrica, declarado zona saturada en 2017 (ver decreto) tras años de deterioro y que recién, a principios de este año, el Gobierno aprobó un plan de descontaminación (ver comunicado). El objetivo, aseguran, debe ser evitar llegar a ese extremo.
Al revisar los registros históricos de los monitoreos de la Seremi de Salud junto a los que realiza la empresa Niva Chile SA para el Plan Lago sin Huella del Municipio de Puerto Varas se puede observar que, por lo menos, cinco puntos de la bahía de la comuna se repiten desde 2015 con episodios de contaminación de coliformes fecales.
Los lugares son donde está el Aliviadero Santa Rosa de Suralis, frente al Hotel Radisson y el Muelle, que corresponde al sector de las playas del centro de la comuna. También aparece en los registros donde se ubica el Aliviadero Puerto Chico y enfrente de la calle Walker Martínez, que corresponden al sector de la playa Puerto Chico.
Gráficos de los cinco puntos con episodios de contaminación desde 2015, según información de la Seremi de Salud y del Plan Lago sin Huella:
Diagnóstico: “El lago aún está sano, pero vulnerable”
En marzo de este año fue noticia a nivel nacional de un estudio de la Universidad de Chile alertaba sobre altos niveles de contaminación en el Lago Llanquihue, donde concluía que lo más preocupante eran los altos niveles de coliformes fecales en la bahía de Puerto Varas y Puerto Octay. (ver noticia)
Carlos García, investigador del Laboratorio de Toxinas Marinas de la U. de Chile, es quien lidera ese estudio que desde 2016 analiza los contaminantes orgánicos e inorgánicos en el Lago Llanquihue, en el marco de una red regional auspiciada por la Agencia Internacional de Energía Atómica y en colaboración a Sernageomin. Su equipo monitorea cerca de 50 puntos en el lago, desde Puerto Octay pasando por la desembocadura del río Maullín, hasta la bahía de Puerto Varas.
Al conversar con The Puerto Varas entrega su diagnóstico: “El Lago Llanquihue aún está en condiciones sanas, pero con vulnerabilidades claras. Si no se controla la entrada de nutrientes y coliformes, el riesgo de floraciones nocivas puede aumentar, como ya ocurrió en el Lago Villarrica”, asegura García.
El objetivo de la investigación es determinar los contaminantes que favorecen la proliferación de microalgas de agua dulce, especialmente cianobacterias que pueden producir toxinas nocivas para la salud humana. “Entender por qué ocurren estas floraciones, qué las desencadena, qué toxinas producen y cómo varían”, explica el investigador de la U. de Chile.
En los últimos años, han detectado dos florecimientos de microalgas, aunque no han sido tóxicos. Sin embargo, García comenta que “el estado trófico del lago, que mide su ‘sanidad acuática’, varía según el punto de muestreo. En algunos sectores puede ser oligotrófico (limpio) y en otros mesotrófico (con más nutrientes). Por eso es engañoso decir que el lago ‘está bien’ en general: depende de dónde se mida”.
Cynthia Urrutia, doctora en Ciencias Ambientales y académica de la U. de Los Lagos, coincide en el diagnóstico: “Si la carga de contaminantes se mantiene alta y constante, el lago podría seguir el mismo camino que el Villarrica, donde se han registrado floraciones severas y pérdida de calidad del agua”, afirma.

En su caso, Urrutia explica que “las aguas residuales no solo traen bacterias, sino también nutrientes como nitrógeno y fósforo, que pueden provocar floraciones de microalgas o cianobacterias y llevar a procesos de eutrofización, que es un desarrollo excesivo de nutrientes que provoca un crecimiento descontrolado de algas”.
El punto relevante que comentan ambos científicos es que el Lago Llanquihue tiene un bajo recambio de agua, lo que hace que las condiciones internas se mantengan estables por largos periodos. “Eso significa que la contaminación no se dispersa fácilmente”, menciona Urrutia.
Consecuencias en la salud: gastrointestinales, cutáneas o virales
En el anterior reportaje, The Puerto Varas constató que en el último verano ocurrió una situación preocupante: el punto de muestreo frente a Antonio Varas, que es parte de la playa de Puerto Chico, arrojó 16.000 coliformes fecales, es decir superó 16 veces la norma, y al día siguiente la Municipalidad de Puerto Varas inauguró oficialmente la temporada de playas, oficializando esa misma parte como apta para el baño. Incluso, el muestreo se obtuvo del monitoreo del Plan Lago sin Huella, iniciativa del mismo municipio.
Bañarse en este tipo de aguas contaminadas tiene consecuencias directas en la salud de las personas. Según Loreto Twele, pediatra infectóloga, docente en la Universidad San Sebastián, directora del Centro de Investigación de Vacunas del Hospital de Puerto Montt y jefa de la urgencia de la Clínica Puerto Varas , “cuando se supera la cantidad tolerable de bacterias patógenas, como Escherichia coli o Vibrio parahaemolyticus, aparecen problemas”, asegura.
Las infecciones que pueden aparecer son gastrointestinales, cutáneas o virales. “Se pueden producir síndromes febriles, diarreas, hepatitis o infecciones de piel. La gravedad dependerá de la cantidad de agua ingerida, del tiempo de exposición y del estado del sistema inmunológico de cada uno”, comenta la especialista.
Por lo mismo, hay diferencias según el tipo de persona. “Si me baño yo, que soy una persona adulta, sana y con un sistema inmune maduro, probablemente no me ocurra nada. Pero no es lo mismo si se trata de un niño pequeño que recién comienza a jugar en el agua, especialmente en sectores con altas concentraciones bacterianas, como algunas playas de Puerto Varas”, afirma Twele.
Aún conociendo estas consecuencias en la salud de las personas la Seremi de Salud de Los Lagos no ha decretado el cierre de playas. Así se informó en la publicación anterior de The Puerto Varas, donde el fiscalizador Vicente Venegas confirmó que no se han decretado cierres de playas cuando se han encontrado altos niveles de contaminación. “En teoría, si los resultados exceden la norma, deberíamos emitir una prohibición de funcionamiento, porque no cumple los estándares sanitarios. Sin embargo, eso no se ha hecho por decisiones políticas, principalmente ligadas al turismo”, declara.
Distinto ha sido el comportamiento de la Seremi de Salud de Arica, donde el último verano sí cerró una playa por alta presencia de coliformes fecales. (ver artículo)
Incluso ha habido veranos que no se tiene información, ya que la medición se realizó en noviembre o diciembre, antes de que comiencen la alta afluencia de turistas al Lago Llanquihue. El investigador Carlos García lo confirma: “Cuando los monitoreos oficiales se interrumpen en verano, se pierde información justo en el periodo crítico para el turismo y sin datos no se puede emitir una prohibición”, reafirma.
El Plan Lago sin Huella, impulsado por la Municipalidad de Puerto Varas, buscaba justamente evitar este problema de información con un sistema de monitoreo mensual y transparente de 16 puntos de la bahía urbana. Sin embargo, el análisis publicado por The Puerto Varas hace una semana constató que solo se ha cumplido el 68% de las mediciones comprometidas, donde en entre febrero y mayo de este año no hubo registros oficiales.
Carlos García cuestiona que la información está dispersa entre ministerios, universidades y empresas privadas sin un ente coordinador. “Falta un sistema nacional para el análisis de aguas continentales, con financiamiento estable y metodologías unificadas. Hoy cada institución mide distinto y en momentos diferentes, lo que impide entender el problema de forma integral”, afirma el investigador.

Solución: sistema de gestión ambiental adecuado
Los especialistas coinciden en que ya es conocido el diagnóstico que la mayor fuente de contaminación del Lago Llanquihue es la misma ciudad: las activaciones de los aliviaderos de tormenta de Suralis con aguas mixtas (servidas y de lluvia), la descarga de aguas servidas por casas que no están conectadas a la red de alcantarillado y la falta de un adecuado sistema de aguas lluvias.
La científica Cynthia Urrutia agrega que a todo eso “se suma la expansión de parcelaciones, muchas de las cuales no cuentan con sistemas adecuados de tratamiento y utilizan pozos o fosas sépticas que filtran residuos hacia las napas y, finalmente, al lago”.
Por esas razones, para el investigador Carlos García la bahía de Puerto Varas tiene un problema estructural, que aumenta con el nuevo Plan Regulador, recientemente promulgado. “Este nuevo plan proyecta el crecimiento urbano. La ciudad ya tiene una base de contaminación y si no se soluciona de fondo, infraestructura sanitaria y manejo de aguas lluvia, solo se va a agravar”, advierte.
Para Urrutia esto se soluciona y previene asegurando que las fuentes de contaminación, urbanas, domiciliarias e industriales, estén debidamente controladas. “Lo principal es fiscalizar, pero muchas veces faltan recursos humanos para cubrir todo el territorio. Por eso es urgente regularizar las nuevas parcelaciones y evitar que continúe la descarga directa de residuos”, reitera.
Una de las soluciones para zonas donde no hay sistema de red de alcantarillado son los humedales artificiales para el manejo de aguas servidas. Su rol es ser filtros naturales para evitar que esas descargas lleguen a las aguas del lago.
Para Cynthia Urrutia son una propuesta viable, ya que “no son difíciles de construir ni de mantener, y pueden adaptarse a distintas escalas. Lo importante es que haya gestión y monitoreo para asegurar que el sistema funcione correctamente”, comenta.
En esto último concuerda Carlos García, aunque agrega que “pueden convertirse en focos de contaminación si no se manejan bien. Hay ejemplos en que los humedales acumulan cianobacterias por la disminución del oxígeno y terminan generando el efecto contrario”.
Ambos coinciden en que la solución está en contar con un sistema de gestión ambiental adecuado y definir quién se hace responsable. “Hoy la información está dispersa entre ministerios y proyectos privados, sin un ente coordinador”, concluyen.