La educación en STEM fortalece la estrategia regional en CTCI. Por: Carlos Delgado Álvarez, Dr. en Ciencias de la Educación, Profesional de la Dirección General de Vinculación con el Medio ULagos
Tenemos un desafío crucial, que consiste en cómo preparamos a los jóvenes para un mundo que cambia más rápido que nunca, donde la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) determinan el rumbo de la economía, la innovación y el desarrollo sostenible, en definitiva, del bienestar común. En este contexto, son muchas las instituciones que pueden contribuir a liderar una transformación educativa que acerque la ciencia al territorio, democratice el acceso al conocimiento y fortalezca la Estrategia de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) para la sostenibilidad de la Región de Los Lagos.
Es efectivo que existen brechas evidentes. En muchos liceos de la región faltan laboratorios, conectividad y docentes capacitados para enseñar ciencia con sentido práctico y los resultados en pruebas de ciencias y matemáticas nos ubican por debajo del promedio nacional, y además, la participación de mujeres en carreras tecnológicas o científicas sigue siendo minoritaria. Todo esto limita la continuidad en la educación superior y les aleja de las oportunidades laborales que surgen precisamente en los sectores estratégicos del territorio: la acuicultura, la agroindustria, el turismo sostenible y las energías renovables.
Aquí la educación STEM puede marcar la diferencia. Más que un conjunto de asignaturas, representa una manera de aprender haciendo, de conectar los contenidos escolares con los problemas reales de la comunidad, así, cuando un estudiante construye un pequeño sensor para medir la calidad del agua en su río o diseña un sistema de energía solar para su escuela, está aprendiendo ciencia, tecnología y ciudadanía al mismo tiempo; está desarrollando pensamiento crítico, creatividad y colaboración. Todas ellas son las competencias que exige el siglo XXI.
La responsabilidad de las universidades en nuestra región, no se limita a formar profesionales, sino también a fortalecer la educación de base -especialmente en tiempos de debilidad estructural del sistema educativo-, vinculando el conocimiento universitario de las ciencias y tecnologías, con las escuelas y liceos del territorio. Existen múltiples opciones que se pueden implementar a través de laboratorios móviles, ferias científicas, mentorías y talleres, convirtiéndose en un puente entre la educación media y la educación superior, entre el conocimiento y la vida cotidiana de las comunidades. Podemos seguir experiencias exitosas que muestran el camino, como el programa Project Lead the Way que conecta las universidades norteamericanas con las escuelas secundarias para desarrollar proyectos científicos aplicados. En el Reino Unido, los STEM Ambassadors son profesionales que visitan establecimientos para inspirar vocaciones científicas, y en nuestro país ya hay universidades que están implementado iniciativas similares. En nuestra región se puede y debe hacer lo propio, adaptando los modelos a las necesidades y realidades, en una relación colaborativa con los servicios públicos regionales y locales.
Además, impulsar las STEM contribuye a la equidad social. Permite que niñas, jóvenes rurales y estudiantes de pueblos originarios accedan a oportunidades de aprendizaje que antes estaban reservadas a unos pocos; fomenta la participación femenina en áreas tradicionalmente masculinizadas y estimula la inclusión de nuevas perspectivas en la innovación científica. En otras palabras, no se trata solo de formar futuros ingenieros o científicos, sino de ampliar las posibilidades de desarrollo humano y territorial.
El futuro de la Región de Los Lagos depende, en gran medida, de su capacidad para formar hoy jóvenes curiosos, creativos y preparados para resolver los desafíos de su entorno, por lo que la ciencia y la tecnología no deben ser un privilegio, sino un deber de toda autoridad e institución pública que tiene por misión distribuir bienes públicos que deben llegar a cada rincón del territorio. Promover la educación STEM no es solo una opción académica, es también una apuesta ética y estratégica por el desarrollo futuro de nuestra región.
Por: Carlos Delgado Álvarez
Dr. en Ciencias de la Educación
Profesional de la Dirección General de Vinculación con el Medio ULagos
