El reloj y la sombra. Poema de Isidora Iturriaga Rivera
Soy la primera y la última
la que dobla ecos.
Mis pasos resuenan en vacío,
espejismos de carne y latón
desfile de figuras huecas
que avanzan sin moverse,
que fingen estar completas.
La sombra detrás de mí, silencio
Niña, sigues sujeta a un yo sin rostro
acunado por latidos mecánicos.
¿Dónde descansa tu corazón de animal?
Con llaves clavadas en mis huesos
giro y giro
una y otra vez
una y otra vez
como un ave sin su nido,
con alas de metal
aprendiendo a volar
entre tanta gente inmóvil,
prisionera de mi propio vuelo.
Soy la marioneta del tiempo
nos mueven los mismos vientos.
Sostengo mi figura de hojalata
con ornamentos que no elegí,
hace siglos que estoy aquí,
mientras la sombra sin cadenas
me observa desde el olvido,
libre y distante
la verdadera de las dos.
Poema de Isidora Iturriaga Rivera