“El caballo es como un espejo emocional”: cómo la equinoterapia transforma procesos terapéuticos en Puerto Varas

La fundadora de Equinoterapia del Sur y socia de Däla participó en un nuevo capítulo del podcast Hablemos de Puerto Varas, donde explicó cómo los caballos se convierten en un apoyo terapéutico para niños, adolescentes y adultos en procesos emocionales, físicos y cognitivos.

En el nuevo episodio de Hablemos de Puerto Varas, Margarita Petersen conversó sobre su trabajo en Equinoterapia del Sur , la construcción de vínculos terapéuticos con caballos y la colaboración que mantiene como socia de Däla, proyecto que busca integrar distintas miradas en el acompañamiento a personas y familias. Su relato parte desde un lugar íntimo: la claridad de que su camino profesional se ha sostenido en el trabajo social y el acompañamiento, sumando el vínculo con los animales para ayudar a otros.

“Siempre he estado conectada con el mundo ecuestre”, contó. Esa relación temprana con los caballos, sumada a su formación profesional, terminó por abrir un camino que no había buscado explícitamente, pero al que llegó de manera natural: la equinoterapia como herramienta terapéutica. “Me di cuenta de que ese vínculo podía transformarse en algo real y concreto, que aportara al bienestar de las personas”, explicó. 

Equinoterapia del Sur surgió cuando Margarita Petersen advirtió que, en la región, no existía un proyecto estable y especializado en esta disciplina. Mientras estudiaba y observaba modelos de otros países, le llamaba la atención que en un territorio con fuerte tradición rural y cercanía con los animales no hubiera un espacio dedicado a estas terapias.

Al principio, contó, comenzó como algo pequeño, “casi artesanal”. Sin embargo, rápidamente se convirtió en una necesidad para muchas familias y creció exponencialmente. Con el paso del tiempo llegaron más profesionales que quisieron colaborar, se consolidaron metodologías y el proyecto se transformó en un espacio integral de acompañamiento terapéutico. “Fue creciendo de manera orgánica, porque las familias lo necesitaban”, comentó.

Cómo los caballos pueden ayudar en procesos terapéuticos

Margarita Petersen describió en Hablemos Puerto Varas la interacción entre persona y caballo como un proceso difícil de explicar solo desde la teoría. “Los caballos reaccionan a la respiración, la postura y el tono emocional de quien tienen enfrente. Son extremadamente sensibles. Leen a la persona y responden a lo que trae consigo”, explicó.

Ese nivel de registro permite abrir espacios de trabajo profundo, especialmente en casos donde existen experiencias difíciles, trastornos del desarrollo o procesos de salud mental. En sus palabras, el caballo funciona “como un espejo emocional”: refleja tensión, calma, apertura o angustia, y esa información se utiliza para explorar lo que ocurre internamente en la persona. 

“Si alguien llega acelerado, tenso, preocupado, el caballo lo siente y responde desde ese lugar. Si alguien llega abierto, tranquilo o disponible para trabajar, también lo refleja. Entonces la persona descubre cosas que no siempre sabe que lleva consigo. Y eso, cuando se trabaja de manera acompañada, puede ser muy sanador”, explicó.

Además, la interacción obliga a un nivel de presencia poco habitual. El tamaño del caballo generan una atención completa en el momento: no es posible desconectarse ni dispersarse. “Esa presencia puede producir cambios importantes”, comentó.

Por lo mismo, contó que en sus años de experiencia ha presenciado mejoras significativas en quienes realizan la equinoterapia. “He visto personas que nunca habían podido relajarse, que vivían en alerta constante, lograr soltar el cuerpo por primera vez arriba de un caballo. Y eso no se olvida”, aseguró.

En su experiencia, el abanico de personas que buscan este acompañamiento es amplio. Llegan niños con trastornos del desarrollo, usuarios con dificultades motoras, jóvenes y adultos en procesos de duelo, ansiedad o crisis personales. Las sesiones nunca son iguales: los caballos no reaccionan del mismo modo con todas las personas y cada proceso se ajusta a lo que ocurre ese día. “Siempre es un trabajo muy del momento, muy sensible a lo que la persona necesita ese día”, afirmó.

Eso es parte de su motivación diaria: ver los cambios, aunque sean pequeños. “Cuando una persona logra un avance, cuando se permite sentir algo que antes no podía, cuando se abre un espacio nuevo dentro de sí misma, eso para mí es todo”, expresó.

El desafío pendiente: más investigación y regulación

Uno de los puntos que Margarita Petersen aclaró en Hablemos Puerto Varas es que la equinoterapia no es una actividad recreativa, “no es solo andar a caballo”, afirmó . Cada sesión implica observación, metodología, intuición, trabajo emocional y físico, y un profundo respeto por los tiempos del caballo. “Los caballos son parte del equipo. Sin ellos, nada de esto sería posible”, enfatizó.

Aunque se practica hace décadas, Petersen reconoció que aún falta mayor investigación y regulación. “La práctica existe hace muchos años, pero no siempre ha ido acompañada de estudios formales que respalden sus beneficios. Eso está cambiando, por suerte, pero aún queda camino por recorrer”, comentó. 

Explicó que para trabajar en este ámbito no basta con saber de caballos ni con tener una profesión del área social o de salud: se requiere una combinación de ambas formaciones, junto con un enfoque ético y un fuerte compromiso con el bienestar animal.

“A veces hay lugares donde eso no está tan claro, y eso dificulta el reconocimiento más oficial. (…) Es importante que exista rigor, porque las personas confían en uno y uno tiene la responsabilidad de ofrecer algo serio, profesional y seguro”, afirmó.

Dentro de ello, enfatizó en que la relación con los caballos y las personas es lo fundamental. “Los caballos son maestros en muchas cosas. (…) Entonces, mientras este trabajo siga siendo honesto, respetuoso y transformador, yo voy a querer seguir haciéndolo”, aseguró. 

Escucha la entrevista completa acá:

https://open.spotify.com/episode/0eUcwhfHjODvM9x4xXAfJL?si=11b931de1e9948b8