Al borde del círculo. Poema de Julián Díaz
Soy un hombre sin nombre
un nombre sin forma
una forma sin norma
una norma sin corma;
figuración del caos
buscando un orden
un niño de cobre
que camina en círculos
un cariño de círculos
tirándole piedras a la luna.
Estará todo condenado
a repetirse una y otra vez;
no dejo que exista
no dejo que seduzca
no dejo que suceda
un orbital vestido de seda
un nombre de hombre
una forma de cobre
encontrando un suborden
un océano de arena
concentrando las emanaciones del sol.
Estará todo condenado
a repetirse otra vez;
son preguntas no afirmaciones
nadie puede afirmar nada
nadie puede asegurar nada
si me sigo perdiendo en tu mirada
circular de odas desojadas
nadie puede asegurar nada.
No son afirmaciones
son cuestiones, enajenaciones
lesiones son lecciones
dicciones, contradicciones
pulsaciones, aliteraciones
preguntas, problemas
dilemas, soluciones
volátiles disoluciones
maldiciones, catedrales
son espirales cerebrales
magistrales, culturales
estará todo condenado
o seguirá estando
todo conectado.
No lo creo, no lo dejo
no te creo, no me dejo
adentro el círculo interno
se me está haciendo viejo
y ya no puedo sostenerlo
ya no puedo detenerlo.
Estará todo condenado
quiero creer que no es así
entonces por qué me perdí
cuando me perdí
donde me perdí
de qué me perdí
si quiero creer que no es así
si quiero creer que esta única vez
de la guerra no me escondí
no hui, no me perdí
y que, por consecuencia lógica
tampoco te perdí a ti.
Estará todo conectado
a romper la forma
sin norma, sin moral
es el instinto animal
de ir más allá;
ya vendrá el tiempo
de dejar de caminar en círculos
en el círculo, fuera del círculo
dará igual, no importará demasiado
no importará el resultado
será el retorno de lo exorno,
que el cielo siempre será cielo
y yo me tendré que abrir a tu mar
de azul profundo regar nuestro amar
soy tan humano como tú
¿qué más nos podemos pedir?
Al borde del círculo. Poema de Julián Díaz